viernes, 17 de junio de 2011

Statement

La coyuntura actual en época de elecciones presidenciales, nos ha mostrado una realidad inesperada, el paso a la segunda vuelta entre Ollanta Humala de Gana Perú y Keiko Fujimori de Fuerza 2011. El posible y latente regreso del FUJIMORISMO ha puesto al país divido, exacerbado y en serios aprietos para elegir al Presidente de la República del 2011 - 2016. Ante esto, muchos se han pronunciado y mantenido firmes en su posición de no al retorno de Alberto Fujimori, disfrazado en la imagen de su hija, quien está acompañada de todo el séquito que nos gobernó y tomo decisiones por 10 años, cometiendo atrocidades y delitos de lesa humanidad.

Bajo la consigna PROHIBIDO OLVIDAR, muchos artistas, intelectuales, organizaciones y personalidades diversas se han pronunciado y han dado su voto de confianza en voto crítico a Ollanta Humala, en post de la democracia en el país y el no retorno de la mafia, corrupción y delincuentes que tanto daño nos hicieron como nación, a pesar de la manipulación de información de los medios de comunicación y guerra sucia, como se vio en la década de los noventa.

Ante esto, muchos peruanos asustados por el rumbo del país, y de sus bolsillos, han decidido olvidar lo que vivimos durante esos diez años nefastos de dictadura. Han decidido, porque es una opción no falta de información, olvidar y destruir la memoria de las víctimas de la dictadura, diciendo en sí que la vida de aquellas personas no vale nada, que su ejecución no significó nada, ni un delito, ni un abuso, ni hechos no esclarecidos por los que ahora Alberto Fujimori, el dictador, está siendo sentenciado, junto a su socio Vladimiro Montesinos.

Para mí como ser humano que se solidariza con el dolor de las familias y afectados de los miles de desaparecidos (Caso Barrio Altos, Caso La Cantuta, Caso Humaya y Chambara, Caso Pedro Yauri, Caso Roca – Anzualdo, Caso Rodríguez Paucar, Caso Santa, Caso Ventocilla, Caso Leonor La Rosa, Caso Global Puno, entre miles más) y como testigo de esos 10 años nefastos, considero que el voto por Keiko Fujimori, la hija del dictador y del Fujimorismo, significa destruir toda esa historia de violaciones, torturas, y dolor que vivimos por 10 años. Significa destruir el recuerdo, matar otra vez a las víctimas y causarles nuevamente ese gran dolor a sus familiares.

Como ser humano me duele y cuesta creer como a muchos otros que esto nos esté pasando otra vez. AQUÍ NO PASO NADA ¿NO? es mi sentir y protesta de lo que otros están haciendo al elegir al FUJIMORISMO. Es en pocas palabras destruir la memoria, el recuerdo y la esencia de todo lo que significó los 10 años de dictadura de Alberto Fujimori.

No podemos hacer como si nada hubiera pasado, espero con este trabajo las personas se den cuenta de lo que significa su elección, si es que quieren darse cuenta.

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